Nos encontramos en el centro con Alice y Danna. Amy, no me dio tiempo a presentarla, nada más
llegar, se acercó a ellas con una enorme sonrisa.
-Yo soy Alice y ella es Danna- dijo dándole dos besos y
señalando a Danna, que esta se acercó a Amy con timidez. Tras la presentación de Amy. Alice se dirigió a mí con una enorme sonrisa
y un pequeño regalo entre sus manos.
-Toma, es de parte de Danna y mío- me dio el regalo con una
sonrisa y haciéndole un gesto a Danna para que se acercase- ¡Felicidades!
-Muchas gracias, pero no hacía falta que me compraseis nada-
dije con una enorme sonrisa mientras abría el regalo. Era un colgante de
amistad, ella ya lo tenían puesto. Ya
tenía dos colgantes, el que me regalara Amy antes de irse y el que me habían
dado ahora.
- Solo es un detalle. No nos gusta dejar a la gente sin
regalo el día de su cumpleaños- Danna se acercó, y nos dimos un abrazo en
grupo. Amy estaba un poco marginada,
pero pronto entendió mi gesto para que se uniera al abrazo.
- ¡Esta noche toca fiesta!- dijo Alice alzando las manos y
haciendo un pases de baile un poco raro.
-¿Fiesta? ¿Dónde?-dije extrañada. No tenía pensado organizar una fiesta por mi
cumpleaños. Si, ya era mayor de edad, pero prefería quedarme en casa con Amy
viendo una película.
-¿No pensarás quedarte en casa?- se acercó a mí y puso su
brazo por encima de mis hombros.
-Pues…yo…
-Que sosa eres- dijo entre risas- Te prohíbo quedarte en
casa el día de tu cumpleaños.- miré a Amy, parecía muy entusiasmada con la
fiesta. Así que accedí.
-Está bien- cuando dije eso, Alice, inmediatamente me dio un
achuchón en el que quedé sin respiración- Pero…¿Dónde la celebraremos?
-Por eso no te preocupes. Danna y yo nos encargamos de eso-
dijo dirigiéndose a Danna y dedicándole una sonrisa.
-Si, Alice tiene razón. Nosotras nos encargamos de ello-
dijo Danna al fin con una sonrisa tímida.
Cuando salió el tema de la fiesta, se le cambió la cara
automáticamente. Tenía un gran complejo
con su cuerpo. Y sabía que eso era un
gran problema al salir de fiesta. Todos la mirarían con cara de asco. Pero Alice, Amy y yo estábamos dispuestas a
cambiar eso.
-Danna, ¿que te pasa?- dije acercándome a ella y dándole un
abrazo.
-No es nada, simplemente no me apetece salir de fiesta- dijo
bajando la mirada- Mi cuerpo y yo, no encajamos en eso.
- ¡Tonterías!- dijo Alice rápidamente- Eres guapísima, solo que vivimos en una
sociedad que da asco y no saben apreciar la belleza interior.
- Alice, no hace falta que mientas para hacerme sentir
mejor.
-Nadie está mintiendo. Hazle caso, eres guapísima- dijo Amy
acercándose a nosotras.
- Nosotras te ayudaremos- dije con una enorme sonrisa y
mirando a Alice y Amy.
Danna, ya estaba un poco convencida. Esa noche saldría de fiesta con nosotras y se
lo pasaría en grande. Con el calor que
hacía decidimos ir a tomarnos unos helados.
Alice, en su cabeza ya estaba imaginando la noche perfecta y nos
comentaba todos los detalles. Yo, cada
vez, tenía más ganas de que llegara la noche, al igual que Amy, que esta no se
separaba de su cámara y en cuestión de segundos empezaron a aparecer flashes
por todos los lados. Alice, Danna y Amy,
congeniaron perfectamente, parecían amigas desde hacía mucho tiempo.
-Alice, ¿a quién vas a invitar a la fiesta?- pregunté con
emoción. Solo quería obtener un nombre. El de Damian.
-¡Ah! Es una sorpresa. Solo te mandaré un sms con el nombre
del lugar y la hora.
- ¿Me vas a dejar con tanta intriga?
-Pues sí. Y hablando de la fiesta, me voy a casa con Danna
a planearlo todo- cogió sus cosas, le
hizo un gesto a Danna para que también lo hiciera y las dos salieron por la
puerta.
-¡Hasta Luego!- gritó Amy, pero ya era demasiado tarde. Ya
se habían ido- Bueno, iremos a casa a arreglarnos, ¿no?
- Sí, claro, vamos- pagué el helado y nos fuimos. En la
fiesta, quería encontrarme con Damian y estar toda la noche con él.
Cuando llegamos a casa Amy puso a cargar la cámara y yo miré
el móvil. Tenía un mensaje de Alice:
“¡Ey, cumpleañera! La fiesta es en el Pub Tentación, a las
22.00h. No lleguéis muy tarde y poneros
guapísimas. X0X0♥”
Faltaba 2
horas para las diez. Teníamos el tiempo suficiente para arreglarnos y llegar a
nuestro destino. Aprovecharía la ocasión para ponerme el vestido que me había
regalado mi madre esa mañana. Amy, a pesar de no saber nada de la fiesta, trajo
un vestido precioso. Bajé a la cocina a comunicarle a mi madre lo de la fiesta.
Le había parecido una buena idea para celebrar mi décimo octavo cumpleaños.
Quedaban unos 5 min para irnos, y aproveché para mirar el Tuenti. Tenía más de
80 felicitaciones en mi tablón. Era algo estresante tener que responder a todos
ellos, pero me hacía mucha ilusión. Estábamos dispuestas a abrir la puerta,
cuando…

