viernes, 14 de septiembre de 2012

Capitulo 1~


“Sus labios estaban próximos a los míos, podía sentir su aliento. Sus manos se acercaban tímidamente a mi cadera. Se acercaba el momento más deseado de mi vida”.
El ruido del despertador resonó en mi cabeza. Otra vez me había quedado dormida soñando con ese chico. Pero, ¿Quién era? No sabía nada de él, ni su nombre. Mi madre me estaba llamando a voces.

-¡Shelly! ¿Por qué tardas tanto?

Era el primer día de clase y mi madre siempre se pone más nerviosa que yo. Me dirigí al armario y me busqué mi pantalón favorito. Era un pitillo muy gastado, pero me encantaba. Me puse una sudadera algo colorida y mis converse .Me gustaba ir cómoda y casual. Bajé rápidamente las escaleras. En la cocina ya tenía el desayuno preparado. Desayuné rápidamente, ya que, estaba por venir el bus. Subí a arreglarme un poco y a cepillarme los dientes. Me disponía a bajar de nuevo, cuando en mi móvil sonó un pequeño pitido. Era un mensaje de un desconocido:

“Gracias por soñar conmigo está noche”.

Mis ojos se abrieron como platos, ¿De quién era ese número? Y, ¿A que venía ese mensaje? Me estaba asustando, pero cuando mi madre me volvió a llamar, dejé de darle importancia. Había perdido el bus, mi madre estaba enfurecida porque me tenía que llevar al instituto.

Cuando llegamos al instituto, observe por la ventana del coche, como todos se saludaban con sonrisa y abrazos. Yo ya no podía sentir esa experiencia. Mi mejor amiga, mi única amiga, se había traslado a otro instituto. No tenía a quien darle un gran achuchón ni a quien contarle las cosas que le habían pasado durante el verano.

El timbre sonó y  me despedí de mi madre. Salí del coche y me dirigí al salón de actos, para recibir las explicaciones y para poder saber con quién me tocaría en clase. Nos dieron los horarios de clase. ¡Genial! Los lunes a primera hora, matemáticas. Me gustaban las mates, pero a primera hora, eran una pesadilla. Alguien me tocó el hombro.

-Perdona, soy nuevo y no sé muy bien donde mi clase-me miró fijamente con sus ojos azules, me había puesto roja o al menos, lo notaba.

-Vamos en la misma clase-dije con una voz tímida-

-¡Genial! Entonces te sigo-esbozó una leve sonrisa, estaba claro, me había puesto como un tomate.

Me acompañó hasta la clase, yo me senté en un pupitre que quedaba vacío al fondo de la clase. Él se sentó en uno que había un poco más adelante. Ya habíamos empezado la clase, cuando alguien petó a la puerta.  El profesor abrió la puerta y yo vi a una cara muy conocida con sus ojos de color verde intenso.

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